MEDITACIONES

ABRIL

El grandioso plan de Dios

Cuando aceptamos el regalo de la salvación, Dios comienza el proceso de sanar todo lo que está roto en nosotros.

1 Pedro 1:13-16
Reina-Valera 1960
Llamamiento a una vida santa

"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;  porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."

 

“Sed santos, porque yo soy santo”.

¡Qué mandamiento tan abrumador!

Pero eso es justo lo que el Señor se compromete a hacer en nuestra vida: hacernos santos. Su grandioso plan puede resumirse en la palabra santificación. Este es el proceso de tres etapas por el cual nos aparta para sus propósitos.

La primera etapa

Ocurre en el momento de la salvación. Cuando Dios nos declara justos, somos santos posicionalmente.

La segunda etapa

Es una progresión de crecimiento en la que nos volvemos cada vez más santos en la práctica. Este proceso continuará toda nuestra vida. Para conformarnos a imagen de su Hijo, el Padre obra para moldear nuestro carácter, conducta y conversación

2 Co 3.17, 18

 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

La tercera etapa de la santificación

Es nuestra santidad absoluta, cuando muramos físicamente, seremos liberados del pecado y en la resurrección nuestros cuerpos serán renovados. Ya no tendremos culpa ni mancha delante de Cristo.

Si pudiéramos vislumbrar lo que será la tercera etapa, nunca nos quejaríamos del difícil proceso de santificación que soportamos ahora.

Nuestros ojos estarían fijos en la meta y nuestra mayor motivación sería glorificar a Dios.

Tomado de Ministerios en Contacto.org